El Voluntariado Joven de Cáritas Huelva se acerca a las recetas tradicionales

BLOQUE 4. CONECTÁNDONOS CON SABERES Y TRADICIONES ANCESTRALES

BLOQUE 3. CONECTADOS CON LAS PERSONAS Y LA COMUNIDAD

La calle y el vecindario del pueblo y las personas como abuelas, vecinos y vecinas tienen nombre propio con toda una biografía que forma y sostiene las redes comunitarias por donde fluye la solidaridad, el compartir de bienes, pero también de saberes.

“Las orejas de aba”, son un dulce de la zona del condado onubense, en concreto Escacena del Campo. Es un dulce tradicional de la época de cuaresma, la receta ha ido pasando de generación en generación y no se conoce muy bien el origen.

Cristina Narváez, voluntaria joven, recuerda el olor de las orejas de aba con mucha alegría, ya que la compartía con su hermano, sus primos o sus amigos. Para ella, «este encuentro ha sido la oportunidad de pedirle a la abuela Manuela, su receta; y que ella la volviera hacer. Las habilidades y conocimiento son su mejor legado y ojalá podamos seguir transmitiendo este saber oral a través de este delicioso y suave dulce que utiliza muchos productos naturales. Además de seguir compartiendo, pues hacer orejas de aba o cualquier dulce para mi abuela era un momento de compartir, de darle a todo el mundo, a las mujeres de la calle», nos cuenta.

Las cocinas siempre han sido un espacio de encuentro, de compartir, de relaciones, donde se teje la vida familiar de transmisión de valores. Podemos decir que todo lo recibido allí es lo que nos permite crecer en las relaciones, en la solidaridad, en compartir la vida con todos sus matices más allá de la familia, porque trasciende a la vida de la calle, el barrio, el pueblo, los territorios. Además de permanecer como figura protagonista una mujer trabajadora del mundo rural, que sigue enriqueciendo con sus saberes.

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